Stone Creek Charter School se ha renovado este año, en más de una manera
Traducido por Edgar Arroyo

Foto Cortesia
Stone Creek Charter School fue creada por un grupo de familias que buscaban una escuela diseñada para responder a las necesidades de los estudiantes. Diecinueve años más tarde, la escuela se redefine en la era pos-COVID, volviendo a sus raíces.
“En esta situación actual, con tanta incertidumbre y viendo la llegada de estudiantes tan diferentes, la forma en que respondamos definirá quiénes somos de ahora en adelante”, dijo Siri DeForest Reynolds, directora de Stone Creek Charter School.
Este año, Stone Creek renovó su licencia por cuatro años más. La escuela también adquirió el edificio del Campus Oeste en Gypsum, que ha albergado la mitad de estudiantes desde 2012. “Ahora podemos aprovechar ese espacio y transformarlo, del banco que era, en la escuela que queremos que sea”, dijo Erica Espinosa, maestra de la escuela.
“Creo que habrá un gran crecimiento en el Campus Oeste en los próximos años con la construcción de las viviendas, por lo que anticipamos un crecimiento mayor que el que tenemos aquí (en Edwards)”, dijo DeForest Reynolds.
Pero la mayor parte del trabajo del personal escolar este año se ha centrado en responder a las necesidades de los estudiantes.

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Stone Creek Charter School regresa a sus raíces después de COVID-19.
Durante la pandemia, Stone Creek Charter School se centró principalmente en el currículo. Ahora, la escuela está volviendo a los conocimientos básicos y al aprendizaje basado en la investigación, en parte para responder a la dinámica cambiante del alumnado.
“Tenemos un aumento de alumnos con necesidades especiales y de alumnos con poca capacidad para defenderse. Ya no son tan asertivos sobre sus necesidades”, dijo DeForest Reynolds. “Creo —y esta es mi conexión personal y de lo que me he dado cuenta en el mundo— que el impacto de la tecnología está otorgando a los alumnos esta función: sólo necesitan retroalimentación y gratificación inmediatas, y si tienen que esforzarse y buscar, simplemente se bloquean”.
En los grados superiores, el personal observa que las redes sociales generan estrés y ansiedad en los alumnos. “Eso consume gran parte de su capacidad mental”, dijo DeForest Reynolds.
En los últimos dos años, la escuela ha implementado varios programas que invitan a los alumnos a que aprendan con un amplio espectro de habilidades para el aula, interpersonales y para la vida.
“Hemos reestructurado nuestras normas después de COVID… para reconocer de verdad las necesidades actuales y ser muy receptivos”, dijo DeForest Reynolds. “Esto nos llevó de vuelta a donde estábamos antes de COVID. Nos encontramos en un momento de renovación y con una base muy sólida”.
La escuela ha utilizado el aprendizaje basado en proyectos (PBL), o “aprendizaje basado en el lugar” y “aprendizaje basado en la pasión”, como lo llama DeForest Reynolds, para estudiantes de quinto a octavo grado durante ocho años. “Esto ha sido comprobado y efectivo en los grados superiores, y las secciones basadas en la investigación en los grados inferiores”, dijo.
Este año, al notar que “las familias se sienten con menos confianza en comparación con las maestras”, la escuela introdujo el programa Aprendizaje Poderoso para Mentes Jóvenes Activas (PLAY), dijo DeForest Reynolds. “De verdad queremos cerrar la brecha educativa y darles la confianza para apoyar a los niños en casa utilizando una mentalidad de crecimiento… Queremos que les enseñen a los niños que está bien tener contratiempos y que así es como se aprende”.
El programa PLAY se centra en el juego como parte del aprendizaje, brindando a los estudiantes la oportunidad de desarrollar habilidades socioemocionales, expandir su imaginación, desarrollar habilidades lingüísticas y experimentar un crecimiento cognitivo.
El aprendizaje basado en proyectos y PLAY animan a los estudiantes a hacer preguntas, colaborar y superar desafíos. “Nuestro objetivo con PLAY y el aprendizaje basado en proyectos es reforzar las habilidades para la vida, las habilidades intrapersonales e interpersonales que observamos que faltan debido, por ejemplo, a la dependencia de la tecnología y a la forma en que el mundo ha cambiado”, dijo Espinosa.
El programa de Fomentar Oportunidades para el Aprendizaje Profundo (BOLD) de la escuela está vinculado a la hora de la lectoescritura y matemáticas. “Esto sirve para ampliar lo aprendido en clase, para apoyar una deficiencia o corregir un problema, o simplemente para continuar la práctica”, dijo DeForest Reynolds.
BOLD, que se encuentra en su segundo año, funciona en ciclos de seis semanas en los que se evalúa a cada estudiante de la escuela para determinar su nivel e identifica qué necesita en función de apoyo para un aprendizaje más profundo. El próximo año se ampliará aún más, con una mayor capacidad de aprendizaje para todos los grados y edades.
Stone Creek capacita a su personal con un enfoque para responder al trauma
El enfoque centrado en el ser humano de la escuela ha incluido una inversión significativa en la capacitación del personal para apoyar a los estudiantes que atraviesan situaciones traumáticas. “Hemos invertido mucho en convertirnos en un personal orientado al trauma para ser más receptivos a las necesidades de los estudiantes y sus familias, ya que esta dinámica ha cambiado en los últimos 10 años”, dijo Espinosa.
La escuela actualmente tiene una proporción de 11 alumnos por maestra, incluyendo al personal de apoyo que incluye una terapeuta ocupacional, una logopeda y una intervencionista.
Una vez a la semana, las maestras completan dos horas de desarrollo profesional. El año pasado, una cuarta parte de ese tiempo se dedicó a la formación en trauma. Esto permite a las maestras “utilizar ese lenguaje en el momento, porque lo han practicado, en lugar de ser más reactivos” cuando surge un desafío para un estudiante, dijo DeForest Reynolds.
La escuela también ha trabajado con una analista de la conducta para comprender el comportamiento de los estudiantes y así identificar y abordar la raíz de sus necesidades, dijo Espinosa.
Las maestras también guían a los estudiantes en el trabajo socioemocional diario, llamado el Proyecto de Positividad. Este proyecto crea espacios seguros para que los estudiantes compartan sus experiencias y se conecten con un adulto responsable al inicio y al final de cada día escolar.
“Responder a lo que sucede a nuestro alrededor, a las necesidades de los estudiantes, así es como se fundó nuestra escuela”, dijo DeForest Reynolds. “Considero que lo hacemos muy bien aquí”.
Stone Creek Charter School se encuentra recibiendo inscripciones para el ciclo escolar 2025-26 para los campus de Edwards y Gypsum. Visite StoneCreekSchool.org para más información.